Hace ya unos meses, cuando empezamos a preguntar por algún embalse de Portugal, miramos por varios foros de pesca, y finalmente preguntamos en carpforum, donde, de momento, nuestro amigo Fran Granados y Álvaro «el Carponi» nos aconsejaron sin dudarlo Alfarofia. No dudamos ni un segundo, ni mi compañero de pesca «Isaac», ni yo, en pedir información directamente con Joao Carlos, el cual nos atendió y nos explicó maravillosamente bien el funcionamiento del lago, las reglas básicas, el material… y todo lo relacionado para la sesión de pesca. Reservamos para la tercera semana de abril, esperando que las carpas no hubieran desovado y los cangrejos no estuvieran muy activos.
Al llegar al embalse, era como nos lo habían explicado y tantas veces lo habíamos visto a través del Google Earth, pequeñito, estrecho, lleno de eneas por toda la orilla y poco profundo.
El primer día, probamos de todo un poco, para ver si acertábamos con los cebos preferidos de las carpas, dado que el tiempo estaba bastante inestable, con aire, frío, numerosos chaparrones de agua con muchísimo viento y de vez en cuando salía el sol y había que quedarse en manga corta, pero al instante estaba lloviendo de nuevo, en definitiva, una locura de tiempo. Empezamos a pescar probando todo tipo de cebos, boiles de diferentes sabores, maíz, pellets, chufa… y así empezamos a tantear diferentes zonas de pesca. La primera noche se dieron 2 picadas, aunque tan solo conseguimos sacar una, no fue hasta el mediodía del viernes cuando ya empezamos a ir descartando algunos cebos y fuimos escogiendo lo que pensábamos que daría mejor resultado, como cambiar tamaño de anzuelos, porque algunas picadas eran casi imperceptibles, también cambiamos el tamaño de los bajos de línea y el color de los mismos, para intentar que pasasen lo más desapercibidos posible, y, a partir de ahí, empezamos a tener mejores resultados, pues no parábamos de tener numerosas picadas, algunas de ellas muy buenas, otras un poco más difíciles de detectar de no ser por los tensores que nos indican las picadas traseras, pues tuvimos varias, pero lo mejor de todo estaba por llegar, pues fue el sábado el día que más disfrutamos de Alfarofia, no pararon de picar en todo el día, y entonces sobre las 19:30 h una picada trasera nos indicaba una vez más la presencia de alguno que era un poco reacio a recibir nuestro cebo, y menudo pez, una bonita carpa común de 15,2 kg, hasta entonces era la mayor pieza que habíamos sacado, así que sesión fotográfica y al agua, pero la cosa no quedo ahí, pues las posturas no paraban de darnos una pieza tras otra, no dormimos en toda la noche del sábado, pues sacábamos una carpa cada hora, desde las 12 de la noche a las 8 h de la mañana sacamos 7 carpas.
A la 8 h de la mañana nos llevamos otra grata sorpresa, cuando conseguimos sacar otra preciosa común de 15,860 kg, pero la carpa más ANSIOSA que es como Isaac y yo le decimos a la mayor de la pesquera, había salido a las 6 h de la madrugada, fue una magnífica común de 19,260 kg, la cual presento una bonita batalla con Isaac en la que tuvo que darse por vencida. Los dos días y tres noches de pesca que habíamos echado fueron muy bonitos, intensos, llenos de emociones y sensaciones que tan solo el buen pescador de carpfishing sabe comprenderlo. Para finalizar la sesión terminamos sacando otra bonita común de 12,200 kg que fue la guindilla de la pesca. Al finalizar, realizamos recuento de piezas, pues nos gusta saber siempre que salimos el número, el peso y la calidad de las capturas, y fue ahí nuestra sorpresa cuando comprobamos que habíamos obtenido un total de 25 picadas, de las cuales sacamos 18 carpas con pesos comprendidos entre 4 y casi 20 kg, y perdimos 7 piezas, 5 de ellas al tener que partir, pues se enredaban en los fondos de las eneas y no podíamos sacarlas, así que teníamos que cortar las líneas para liberarlas.
Fue una sesión de pesca que seguro tendremos que repetir, aunque todo buen pescador sabe de sobra que nunca hay dos sesiones de pesca iguales en la vida, pero solo por lo cómodo que es el pantano, la tranquilidad de poder pescar de noche, cebar las aguas, sondear el pantano, montar los puestos de pesca, poder hacer de comer con camping gas…, etc. volveremos de nuevo, pues a todos los apasionados del carpfishing es lo que nos gusta hacer, y está visto y comprobado que en este País todo lo relacionado con el carpfishing es sinónimo de prohibición, pues parece que las leyes las hacen los que menos saben del tema sin preguntar a los pescadores cuáles son sus necesidades. Por eso, desde estas humildes letras, quisiera darle las gracias a Raúl, guía de Alfarofia y sobre todo a Joao Carlos, por su amabilidad, disponibilidad y por hacernos disfrutar a los que tanto nos gusta esto, disponiendo de su particular embalse para que todos disfrutemos.
Muchas gracias Joao, seguro que nos vemos antes de que acabe el año. ¡Gracias!